LA MUJER DEL PARQUE... Relato de una chofer de taxi



Soy taxista desde hace mas de 6 años, en algún momento de mi vida tuve un negocio propio y me iba medianamente bien, pero por problemas maritales el negocio tuvo que cerrar. 

Desde que somos niños escuchamos la frase "La justicia es ciega" y yo lo tuve que comprobar de la peor manera. Pedí el divorcio de mi marido justo después de encontrarlo con una de sus amantes en un restaurante, tenía yo todas las pruebas de su adulterio, mi abogado me había prometido que todo saldría bien, que íbamos a ganar el juicio y el tendría que reponer el dañó; no fue así. El juez a pesar de las pruebas y de las declaraciones falló en mi contra, quitándome no solo la mitad de mi negocio, sino también la custodia total de mis 2 hijos. El padre de mis hijos los usó de tal manera que si quería yo verlos tenia que darle semanalmente cierta cantidad de dinero, mucha gente me decía: "Sara, lo puedes demandar por eso", pero a estas alturas yo ya no confiaba en la justicia.

Esa serie de eventos mal intencionados me llevó a buscar un trabajo, algo que me diera la posibilidad de tener el dinero para poder ver a mis hijos un día a la semana. Fue así como llegué a manejar un taxi. 

Gracias a un familiar que tenia varios taxis y que me ofreció uno para que lo operara durante todo el día, fue que pude ir saliendo adelante y ver a mis hijos. Originalmente manejaba el taxi desde muy temprano por las mañanas hasta las 8 de la noche, no me iba mal, pero la realidad es que el dinero no era para mi, era para pagarle la extorsión a mi ex marido. Con el tiempo pude hacerme de algunas cosas mías, y como si fuera un acto de dios, el papá de mis hijos ya dejaba que los niños se quedaran en mi casa sábado y domingo, previa entrega de su dinero semanal. Así pasaron los meses y después de un par de años yo ya comenzaba a tener una vida amorosa, había conocido a un hombre que me hacia sentir bien conmigo misma y con los demás, cosa que mi ex marido no tomó a bien y me amenazó con no dejarme ver a los niños si seguía con mi relación o que le diera mas dinero a la semana para dejarme verlos; terminé aceptando la segunda opción.

Al principio extendí mi horario de trabajo hasta las 11 de la noche, necesitaba mas dinero y eso significaba mas horas de trabajo. Trabajar de noche es sumamente peligroso, en especial si se es mujer. Uno recorre la ciudad de lado a lado buscando pasajeros, de preferencia que vayan lejos para cobrarles mas, también la noche te muestra ese lado de las ciudades que pocas veces podemos ver de día, irónicamente hay lugares que capturan mas tu atención bajo la oscuridad de la noche que bajo la luz del día.

Cierta noche llevaba a un pasajero a la central de autobuses, lo había recogido muy cerca de un parque infantil del cual no se cuentan buenas cosas, siempre hay alguien que escuchó que mataron a alguien ahí, que asaltaron a alguien ahí, que violaron a alguien ahí, el lugar por las noches parecía ser el lugar mas peligroso de la ciudad. Al subir, el pasajero se notaba un poco exaltado, y volteaba nerviosamente por la ventana, yo le pregunté si estaba bien, a lo que solo me dijo que si y se quedó callado un buen rato. Avanzamos algunos minutos y de la nada el pasajero me preguntó: "Oiga, de casualidad ahí en el parque que está por donde me recogió, ¿No espantan?". Su pregunta me pareció muy extraña, nadie me había preguntado eso, al menos yo nunca había escuchado algo así, fuera de lo que ya había explicado. "La verdad no sabría decirle, nunca he escuchado alguna historia de terror sobre ese parque -fue mi respuesta-, es mas, es un lugar para niños, no creo"

Nos mantuvimos en silencio hasta la terminal de autobuses y llegando el pasajero me pagó y me dijo: "Tenga cuidado si pasa por ese parque, algo no está bien en ese lugar, antes de que usted me recogiera mas adelante, una mujer que salio de los arbustos llorando me llamaba con la mano, yo pensé que necesitaba ayuda, pero cuando me acerqué a ella, noté que tenia una herida muy grande en el cuello pero no le sangraba, inmediatamente corrí de ahí hasta donde le hice la parada, no es broma". No tuve nada que decir, solo agradecí su interés y le desee un buen viaje.

A partir de ahí siempre que pasaba de noche por ese lugar, bajaba la velocidad y trataba de observar algo inusual, pero nunca veía mas allá de los arboles y la pista en la que por las mañanas la gente corre. 

Con el tiempo olvidé esa platica, yo ya había aumentado mi horario de trabajo hasta las 2 de la mañana, descubrí que entre las 12 y las 2 de la mañana muchas personas que trabajan en restaurantes salen y por la hora tienen que tomar un taxi, por lo que yo buscaba mucho esas zonas de la ciudad. Las madrugadas en febrero son frías y en ocasiones húmedas, la ciudad esta casi vacía por lo que no cualquier cosa puede pasar desapercibida.

Una noche de febrero, yo tenia una buena noche, pasajero tras pasajero y no tenia tiempos muertos. Uno de esos pasajeros quería que lo llevara al sur de la ciudad, era un tramo largo y tranquilo, el pasajero dormitaba un poco en el asiento trasero mientras yo manejaba, justo cuando yo pasaba frente al parque antes mencionado, vi que del otro lado, justo en la entrada había un jetta parado con las intermitentes prendidas y una mujer joven que trataba de  revisar el motor, una segunda mujer mayor estaba a su lado parada sobre la banqueta. Esa noche llovía mucho, hacia frío y ver a 2 mujeres mojándose en la madrugada por culpa de un problema mecánico, no era para nada bueno. Me detuve y desde mi vehículo les grité si todo estaba bien, la joven no me escuchaba del todo bien por la intensa lluvia, por lo que solo me señalaba con su mano al motor, yo le hice señas y le mostré el radio que tenía en el taxi, quería decirle que iba a avisar por radio que necesitaban asistencia, pero de poco sirvió. Seguí mi trayecto y unas cuadras adelante afuera de una tienda oxxo, vi una patrulla de policías, me acerque y les dije que en la entrada del parquesito había un auto averiado y que necesitaban ayuda, uno de los oficiales me agradeció y me dijo que iban para el lugar inmediatamente, eso me hizo sentir mas relajada. Llegué al destino de mi pasajero y de regreso decidí pasar por el mismo lugar para ver si ya habían podido mover el auto de ahí o si podía yo ayudar en algo. Al llegar al lugar noté que el auto seguía en el mismo lugar y los policías trataban de pasarle corriente desde su camioneta, tenían los cables tapados con sus impermeables para evitar un corto circuito y la joven estaba sentada en el asiento del conductor, me detuve adelante de la patrulla de policías y con ayuda de una sombrilla me acerque a ver que sucedía. 

Uno de los policías me dijo que al parecer era la batería, ya no daba carga y el auto no encendía, pero que la joven decía que el carro tenia no mas de 6 meses de haberlo comprado, que no podía ser la pila, me acerque a saludar a la joven y a ver que sucedía, yo pensaba que la señora que la acompañaba también estaría dentro de auto, pero no, no vi a nadie mas que a la muchacha y le pregunté: 

- ¿oiga y su mamá?
- ¿Mi mamá?, en mi casa creo yo.
- Ah ya se fue, mejor, con esta lluvia y este frío se puede enfermar.
- ¿Perdón?

La muchacha no sabia de lo que yo hablaba, me miraba confundida, como si yo estuviera loca. 

- Si, cuando pasé hace rato, usted estaba con una mujer que pensé que era su mamá, estaba parada a su lado cuando la vi.

La cara de la joven cambió totalmente, paso de ser de confusión a miedo, dejó de intentar prender su auto y se puso las menos en el pecho. "Señora no me diga eso, llevo mas de 1 hora aquí sola tratando de mover mi auto", me contestó. En ese momento un frío intenso se apoderó de mi pecho, no lo había soñado, yo había visto a la mujer que estaba parada al lado de la muchacha, no pude decir nada en el momento, pero cuando reaccioné solo atiné a decir: "Disculpe, con tanto sueño ya hasta veo visiones".

Me aseguré que la joven ya hubiera hablado con algún conocido que la fuera a auxiliar, después de que me dijo que si, me despedí y me fui rápidamente de ahí. Esa noche decidí que era hora de dormir, esa extraña visión me había quitado las ganas de seguir trabajando, por lo que me dirigí a mi casa. El trayecto a mi casa es largo desde el punto donde me encontraba y trataba de mitigar el miedo y aclarar mis pensamientos con música a un volumen alto, pero no podía, no dejaba de pensar en el rostro de la mujer que me veían mientras yo les gritaba desde mi auto.

Ya estaba cerca de mi casa, solo tenia que manejar por una colonia en la que los camellones tienen altos y frondosos arboles y las calles son circuitos largos con curvas entre si, al ser zona donde la gente ya dormía, baje el volumen de la radio y comencé a manejar a menor velocidad, ya me sentía segura, ya estaba muy cerca de casa, cuando de pronto, en una de las curvas del circuito por el que manejaba estaba parada la misma mujer que vi junto a la muchacha afuera de aquel parque, la mujer sonreía y con su mano me hacia la parada, yo me detuve de golpe y cerré los ojos, comencé a rezar pero las palabras no salían, el miedo me nublaba los pensamientos y yo solo repetía "ayúdame señor". Cuando sentí que podía abrir los ojos lo hice y la mujer ya no estaba. Me persigné y avance hasta llegar a mi casa, metí el taxi a la cochera y como todas las noches revise que no tuviera algún rayón o golpe, puesto que esos gastos corrían por mi cuenta; lo que encontré fue aún peor, en el medallón trasero escrito con tierra se leía la palabra "Hola" recién escrita.

Ese evento me asustó mucho, pero también me llevó a tomar valor y la decisión de demandar a mi ex esposo por la custodia de mis hijos, yo no podía seguir trabajando hasta esas horas de la madrugada exponiéndome a tantas cosas solo para poder ver a mis hijos. Con el tiempo pude demostrar que por mucho tiempo fui extorsionada por el padre de mis hijos y que en la demanda anterior tanto mi abogado con el juez en turno se habían dejado sobornar por el para ganar el caso. Hoy en día vivo con mis hijos, sigo manejando, ahora ya mi propio taxi, pero nunca mas allá de las 8 de la noche y siempre dándole prioridad a mi familia. Pero nunca voy a olvidar a la mujer de aquella noche.

ARM.



Comentarios

  1. Estuvo excelente el relato y cuantas cosas de ese tipo pasan en muchos lugares de nuestro país. Saludos desde las Bahías de Huatulco, Oaxaca.

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  2. Que fuerte experiencia!
    Solo queda pensar si era algo bueno lo que ella miró.
    Quizás era un anima o un ser protector.
    Gracias por este relato!
    Saludos!!😊

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